Capítulo 34: La llamada

-¿¡Alex!? ¿¡Ales me oyes?! – grité agachándome para ver a Alex

-A ver… quita Beca – dijo Jake apartándome delicadamente

Le miré extrañada ¿Jake ayudando a Alex?

-Le odio, pero tampoco quiero su muerte

-¡Jake!

-¿He dicho muerte? Quería decir… na da igual

Cogió en brazos a Alex, entró en casa y lo tumbó en el sofá.

-Joder, parecía que pesaba menos

-No estamos para coñas Jake

-Lo siento, lo siento… ¿Llamamos a una ambulancia o algo?

-¿Tú qué crees Jake? – pregunté empezando a enfadarme

-Vale, vale – iba a coger el teléfono cuando se lo impedí

-¡Espera! – grité – parece que se despierta

-¿Beca? – preguntó Alex sin fuerzas

-Si Alex, soy yo ¿te encuentras bien?

-Más o menos, aunque me encanta despertarme viendo a esta preciosidad.

-Alex… - dije sonrojándome.

-Creo que aquí sobro – dijo Jake enfadado – mejor os dejo solos, parejita

-Jake… por favor – lo abracé – no te enfades ¿vale? – pregunté, y le puse ojitos

-Si me pones esa cara… está bien, no me enfado, pero como te vuelva a llamar preciosidad o coquetee contigo, le pongo el otro ojo morado y le rompo los dientes ¿ha quedado claro? – preguntó mirando a Alex

-¿Serías capaz de pegarme aunque esté que no puedo ni moverme? Pues si que eres como tu padre…

-¿¡PERO QUÉ…!? – gritó mientras se iba hacia él para pegarle, pero yo le puse una mano en el pecho para que no se acercara

-¿De qué hablas Alex?

-¿Te acuerdas que te dije que iba a ir con unos amigos a charlar con el padre de este energúmeno? – noté cómo Jake iba a avanzar otra vez hacia Alex y otra vez le paré con mi mano – Pues mis amigos me fallaron y…

-¿Y qué Alex? – pregunté impaciente

-Oye, ¿me puedes traer un vaso de agua, Beca?

-¿Estás de coña, verdad? No me dejes asi y cuéntamelo

-Tengo la boca seca, por favor Beca – dijo

En ese momento vi cómo Alex y Jake se miraban como si estuvieran ocultando algo, o como si quisieran habla. Bastante cabreada salí salón, cogí un estúpido vaso de agua y salí de la cocina, pero antes de entrar en el salón, escuché algo que no me gustó nada

-Sabes que después de esto no va a querer volver contigo ¿verdad Jake?

-Mira, niñato, no te me pongas chulito ¿si? Beca me quiere, a demás yo no tengo nada que ver con esto

-Si, pero es tu padre, a si que seguramente tendrá miedo de volver contigo

-Escucha… - dijo Jake, pero en ese momento miró hacia la puerta y durante un segundo nuestras miradas se encontraron – Beca, ¿No te han dicho nunca que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas?

-Si… pero es que esto me incumbe, ¡y no es justo que siempre me dejéis al margen de todo como si fuera una niña pequeña! – dije muy enfadada

-Lo siento cielo… es este imbécil, que quería hablar conmigo

-Si claro, ahora tengo yo la culpa de todo ¿no? No hubiera venido aquí si tu padre no me hubiese hecho esto, vengo a advertirte Beca, Jake no es bueno para ti.

Me quedé paralizada, solo veía cómo Jake y Alex empezaban a gritarse, estaba en estado de shock, no sabía que hacer.

-¡Bueno, ya basta! – Grité reaccionando por fin – Tú, vete, mañana quedamos y hablamos – le dije a Jake demasiado fría.

-Pero Beca…

-¡Beca nada!

-¿Estás enfadada? – entonces me di cuenta de que había hablado con demasiada dureza

-Claro que no, venga vamos – dije dulcemente intentando calmar la situación

-Vale – dijo tristemente

Jake miró a Alex y después se fue acercando poco a poco a mí. Apretó mi cuerpo contra el suyo, se agarró a mis caderas y me dio el beso más apasionado que nunca antes me había dado. No sé cuanto tiempo estuvo besando dulcemente mis labios, pero un carraspeo nos interrumpió.

-Lo siento Alex…

-No tienes por qué disculparte con ese memo – dijo Jake – me voy ¿vale?

-Vale… Te amo

-Y yo a ti preciosa… oye ¿te importaría si me vengo a dormir hoy aquí? Por lo de mi padre y eso, a demás no te quiero dejar sola… y menos con él aquí – dijo señalando a Alex

-Claro… aquí te espero – contesté sonriente, y me volvió a besar, pero esta vez solo fue un beso corto – Y bien… - comencé a hablar cuando oi cómo se cerraba la puerta de la calle – creo que hay algo que debes contarme.

-¿Y mi vaso de agua? – preguntó sonriente, yo solo suspiré y le tendí el vaso de agua

-Cuando quieras ¿eh? – dije impaciente

-Tampoco hay mucho que contar. Se me ocurrió hacerle una visita… y bueno yo pensaba que era el típico debilucho, viejo verde, pero no, es un armario, me saca no sé cuántas cabezas.

Le iba a contestar, pero no pude, el teléfono me interrumpió. Cogí el que tenía al lado y contesté

-¿Si?

-Hola preciosa

-¿Quién eres?

-Vaya, que desilusión, pensé que después de lo se la otra noche me recordarías para siempre

-M-Miguel

-Pues claro cariño ¿quién si no?

-¿Qué quieres?

-Querer… quiero llegar al final en lo de la otra noche, pero en realidad hoy no llamaba para eso. Solo era para decirte que más le vale a ese amiguito tuyo que no vuelva a visitarme porque haré de su insignificante vida un infierno… ¿he sido claro, amor?

-S-S-Si

-Bien, bueno cariño… no sabes cuanto te deseo… - dicho esto colgó

Me quedé sin habla, las lágrimas empezaron a surcar mis mejillas, no podía parar. Entonces Alex se levantó y sin decir absolutamente nada, me abrazó. 

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Cuaderno de Beca

No es valiente el que no tiene miedo, sino el que sabe conquistarlo.( Nelson Mandela )