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domingo, 30 de enero de 2011

Capítulo 49: No estoy segura

-¿Estás segura de lo que dices, Beca? – me preguntó Alex, mientras se acercaba lentamente a mi.

Un “no” pasó por mi cabeza. No estaba segura de esto. Yo quería a Jake ¿no? Yo quería esperarle, que viniera a por mi como un príncipe azul, que nos dijéramos lo siento, no perdonásemos y viviéramos felices y comiéramos perdices. Pero siendo realistas… eso no iba a pasar. Bajé de las nubes, de mi mundo multicolor, para volver a la realidad.
Cuando iba a disculparme con Alex por hacerle creer que quería que me besara cuando yo no estaba segura, ya era demasiado tarde, tenía su esperanzado rostro a unos pocos centímetros del mío…

Living easy, living free 
Season ticket on a one-way ride 
Asking nothing, leave me be 
Taking everything in my stride 
Don't need reason, don't need rhyme 
Ain't nothing I would rather do 
Going down, party time 
My friends are gonna be there too 
I'm on the highway to hell 

-Mi móvil... – susurró sin apartar sus ojos de los míos

Miró la pantalla del móvil y se alejó un poco de mi.

-¿Si?

Después de eso no oi nada más. Tampoco es que me interesara mucho la conversación. Volvía a mis pensamientos. Era una mala persona, le estaba dando unas esperanzas a Alex que en realidad no tenía… porque no tenía ¿verdad?

-Vamos a ver Beca, concentración… tú quieres a Jake y no hay más que hablar, le esperarás hasta que vuelva contigo...
-Pero ¿y si estoy cansada de esperar? Tal vez le tengas que dar la oportunidad a alguien que se lo merezca, a un chico nuevo. Además quién mejor que tu amigo para salir contigo, te conoce de sobra, sabe lo que te gusta y lo que no…
-Pero eso no tiene nada que ver, Jake también lo sabe y estoy segura de que te quiere más que Alex.

Vale, definitivamente me estaba volviendo loca, ¿yo misma discutiendo conmigo misma? Solo me faltaba ver al típico demonio y al ángel encima de mis hombros con camisetas que dijeran: Team Jake – Team Alex.
Entre tanta discusión no me di cuenta de que Alex había colgado y venía hacia donde yo estaba.

-Lo siento princesa… debo irme – dijo triste
-¿Por?
-Mis padres vienen de visita y tiene que estar todo en orden… Lo siento, te prometo que en cuanto pueda te llamo ¿vale? – preguntó esperando un si como respuesta.
-Claro…
-¿Quieres que te acompañe a casa?
-No… me voy a dar una vuelta y a lo mejor me paso por casa de Bea… no te preocupes.

Me dio un beso en la mejilla y se alejó de allí. Empecé a caminar y a los diez minutos ya estaba cansada por lo que decidí llamar a Bea. Cogí mi móvil y llamé… un toque… dos toques… tres toques… y así hasta ocho toques… nada. Colgué y lo volví a intentar.

-Beca, cariño si a la primera no te cojo el móvil… - dijo Bea dulcemente - ¡Es porque no quiero contestar! – gritó
-¿Pero qué te pasa?
-¿Que qué me pasa? Que no he dormido nada y ya sabes cómo me pongo cuando no duermo.
-Ya, ya, pero tranquilízate ¿puedo ir a tu casa? Necesito desahogarme…
-Vale, esta bien – suspiró – lo que hay que hacer por las amigas… ahora llamo a Sara

Me colgó sin ni siquiera despedirse. Parecía enfadada pero sabía de sobra que en cuanto se duchara, desayunara y se tomara una aspirina para la resaca, volvería a ser la Bea de siempre.
Continué caminando, mirando fijamente al suelo, cuando me choqué contra alguien.

-Hey, mira por donde vas – dijo una voz chillona – ay Beca, pero si eres tú.
-Hola Ana – dije con cara de pocos amigos.
-Oye que sepas que no te guardo rencor.
-¿Por qué ibas a hacerlo? – pregunté confundida
-Bueno, me interrumpiste cuando iba a besar a Alex ¿te parece poco?
-¿Yo hice eso?
-Ya decía yo que ibas muy contentita. Estabas borracha – dijo riéndose – si es que no sabes beber – dijo con una actitud chulesca.
-¿Y tú si? – pregunté a la defensiva
-Bueno… relájate… yo me voy, ya nos veremos el lunes.

Dicho esto se fue. Yo seguí mi camino hasta la casa de Bea. Cuando llegué diez minutos después, una señora rubia, guapa y de ojos verdes me abrió la puerta… su madre.

-¡Hombre Beca! ¿Qué haces tú aquí? – preguntó sorprendida.
-Venía a ver a Bea.
-Pues ten cuidado, porque con la cogorza con la que vino anoche no podrá ni abrir los ojos, bueno yo me voy, pasároslo bien – dijo saliendo por la puerta.

La madre de Bea era… cómo decirlo… muy liberal. Resumiendo, era la típica madre joven, soltera, bastante guapa (o como decían los de mi clase, una tía buena en toda regla) que pasaba muy poco tiempo con sus hijos y le daba bastante igual si fumaban, bebían o cualquier cosa, pero se esforzaba en ser buena madre, aunque sin mucho éxito.
Subí lentamente la escalera, cuando me encontré con Dani, el hermano de Bea.

-Buenos días ¡eh! – dije cuando pasó por mi lado sin decir nada.
-Eh – saludó sin ni si quiera mirarme a la cara.

Dani era un poco pasota… bastante pasota. Le daba igual su familia, sus amigos, los estudios… lo único que le importaba era su guitarra. Tenía 17 años y ni siquiera pensaba en el amor, pero en realidad tenía a todas las chicas del instituto detrás de él, aunque tampoco me extrañaba, Dani era guapo, muy guapo, musculoso, alto y a veces, solo a veces era majo, y a eso hay que sumarle que tocar la guitarra le hace mucho más sexy. Definitivamente era todo lo contrario a Bea.
Subí el poco tramo de escalera que me quedaba y caminé hacia la puerta de su habitación, Desde dentro se oían gritos. Abrí lentamente.

-¡Tía cuéntame más! – gritó Sara mientras saltaba de un lado a otro de la habitación.
-¡Qué no me grites, que tengo resaca! Hombre por fin ha llegado la señorita llamo super-temprano y cuando no me cogen el teléfono insisto hasta que se me gasta la batería.
-No te pongas así anda, si solo he llamado dos veces… y bueno ¿por qué gritabas? – pregunté mirando a Sara.
-Por algo que Bea me ha contado de Marcos – dijo haciéndose la interesante, dio unos minutos para hacerlo más misterioso cuando al fin dijo - ¡La ha besado!
-Si, me ha besado, grítalo más fuerte a ver si en China todavía no lo han oido – dijo poniéndose roja – y bueno… cambiando de tema… ¿por qué querías desahogarte?

Les conté todo lo que me pasaba. Se quedaron igual de confusas de lo que yo estaba en esos momento.

-Yo creo que deberías darle una oportunidad a Alex – dijo Sara
-¿Pero qué dices? No le des esperanza al chaval si no las tiene, busca a Jake y pídele que volváis.
-Es que… - no pude acabar la frase porque me interrumpió mi móvil.
-¿Quién es? – miré la pantalla del móvil.
-Alex…
-Ponlo en altavoz.
-¿Pero qué dices? Es privado
-Venga Beca, si luego nos lo vas a contar, qué más te da.
-Vale…

Las hice caso y lo puse en altavoz

-¿Si? – contesté tímidamente.
-Beca, princesa, soy yo, sal a la ventana
-Pero no estoy en mi casa.
-Ya lo sé, tú solo asómate.

Me levanté seguida de mis dos mejores amigas y me dirigí hacia la ventana. La abrí de par en par y entonces vi algo que nunca me podría haber imaginado.
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Cuaderno de Beca
La amistad puede convertirse en amor. El amor en amistad. . . Nunca.

viernes, 28 de enero de 2011

Capítulo 48: Resaca

Abrí los ojos y lo primero que vi fue mi lámpara y mi mesilla de noche. Me dolía mucho la cabeza.
Entonces miré que llevaba puesto, pero no tenía el vestido de la fiesta, en su lugar llevaba puesto mi pijama. Y entonces me pregunté:

-¿No debería estar en la fiesta?

Al incorporarme en la cama sentí un fuerte dolor de cabeza, así que me volví a tumbar, pero me seguía doliendo igual.

Me puse las zapatillas y bajé a desayunar. Sentado en la mesa estaba Santi como esperándome, así que me senté y esperé a que hablara.
Pero no lo hizo, por lo que decidí romper el hielo.

- Tío, ¿no tenías que ir hoy a trabajar?

No me contestó, solo me miró como si quisiera matarme y sin más rodeos le pregunté:

- ¿Pasa algo que yo no sepa?

Sin hacerme caso dijo:

- ¿Qué tal ayer la fiesta?

Me acojoné, si no sabía ni lo que había hecho, como se lo iba a contar a mi tío.

- …Bien –mentí, o no.
- ¿En serio? Sabes que está muy mal mentir ¿no?

Solo me acuerdo de que estaba triste y que empecé a beber… Un momento, ¿empecé a beber?

- Joder…

Empecé a encajar todas las piezas: Pérdida de memoria, dolor de cabeza, mi tío enfadado, y sin ni siquiera saber por qué…

- ¿Qué recuerdas algo o la resaca te ha anulado el cerebro ¿eh?
- ¿Estaba borracha?
- No que va… solo un poco feliz – dijo sarcásticamente
- Yo… lo siento.
- Ni lo siento ni nada Beca – dijo bastante enfadado
- Pero es que… no bebí tanto, pero me sentó peor de lo que esperaba
- ¿Qué no bebiste tanto? Pero si estabas bailando en medio del salón nos quedamos los tres alucinando. Me has decepcionado Beca.

Me quedé parada de repente. ¿”Los tres”?

- ¿Alex estaba aquí? – Pregunté preocupada
- Yo echándote la bronca y tú ¿preocupada por Alex? – me dijo sin dar crédito
- No es eso… es solo que…
- Ninguna excusa más señorita, ni siquiera sé como pudiste beber, sólo tienes 15 años... Estás castigada un mes sin salir.
- Pero…
- Nada de peros – me interrumpió – no vas salir en todo el mes sin excepciones
- ¿Y el instituto?
- Y encima vacilándome, sabes de sobra a lo que me refiero
- ¡Pero es que necesito salir! Necesito olvidarme de todo…
- Ah por cierto Jake no puede venir

Jake… ojalá viniera Jake…

- No creo que venga…
- ¿Por qué no?
- Me ha dejado… - dije empezando a llorar. Mi tío me abrazó
- Lo siento… no lo sabía… nunca hubiera creído que una niña tan pequeña como tú tuviera tantos problemas
- No soy tan pequeña – dije intentando sonreír.
- Ya pero para mí siempre lo serás hasta que vuelvas a beber – dijo con cara malvada
- Vale vale, jo tío cuando te pones así me das miedo.
- Tío, ¿puedo quedar con Alex? Es solo para pedirle perdón por mi comportamiento, por fiiss – dije con carita de carnero degollado.
- Bueno pero después cumplirás tu castigo.
- Muchas gracias tío, que haría yo sin ti – dije cogiéndole los mofletes
- No abuses de mi amabilidad

Dicho esto me fui a mi habitación llamé a Alex y quedamos en un parque de al lado de mi casa.

- Hola – dije
- Hola princesa ¿cómo te has levantado?
- No te hagas el tonto se que hice mucho el ridículo n mi casa m lo ha contado mi tío

Se quedó callado

- ¿Qué pasó en la fiesta? – dije preocupada y desconfiada.
- Nada – dijo dudando
- Alex, por favor

Tragué saliva dispuesta a escuchar cualquier cosa.

- Mira Beca, cuando yo estaba bailando con Ana, y casi nos besamos…
- ¿Quién tú y yo?
- No no digo Ana y yo
- Aaah – dije algo decepcionada
- Pues eso que tu viniste y me dijiste que si yo iba besando a otras amigas porque no a ti también. Pero bueno sé que estabas borracha y que no era tu intención así que si quires lo olvido y ya está.
- Ya… y ¿tú cómo sabes qué ese beso no era sincero, algo dicho con sinceridad…?

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Cuaderno de Beca:
Ya ves, a veces me canso de mí y de no tener valor para buscarte y cometer todo delito que este amor exija

miércoles, 26 de enero de 2011

Capitulo 47: Borrachera

Sara y Bea entraron por la puerta de la casa en estampida, cargando con sus vestidos, sus zapatos y sus enormes kits de maquillaje.
Por la mañana estuvimos hablando de algunos profesores y como no, de la fiesta que se avecinaba.

-Chicas…no se que hacer- dijo Bea

-¿Qué pasa? – pregunte

-Me lanzo y le digo a Marcos que me acompañe a la fiesta o lo dejo para otro momento

-Bea, Bea, Bea… ¡pero como puedes siquiera dudarlo! ¡Llámale pero ya!

-Pero si me dice que no, ¿Qué hago?

-Pues te vienes con nosotras y ya esta, no será para tanto

-No le digas eso a la chiquilla-me dijo Sara apartándome- mira, tu lo que tienes que hacer es llamarle y proponérselo, creo que ya sabemos como es Marcos no creo que quiera perderse una fiesta. Además te conozco muy bien y si no te lanzas pronto, lo dejaras ir y eso no es lo quieres ¿verdad?

-No – respondió

-Pues a que esperas ¡llámale! – dijo Sara acercándole el móvil

-¡Vale, vale! Pero callaros que sino no voy a oír nada

Cuando Marcos contesto, Bea empezó a hablar entrecortadamente –hola Marcos ¿Qué tal? – en ese momento mi móvil empezó a sonar estrepitosamente, lo busque por toda la habitación pero no lo encontraba por ningún lado. Bea se estaba poniendo aun más nerviosa así que rebusque entre toda la ropa que había encima de la cama y entre una camiseta y un par de pantalones allí estaba mi móvil, lo cogí rápidamente y salí de la habitación descolgando sin saber con quien hablaba.

-¿Diga?

-¿Beca?

-Si, soy yo

-A vale… no te había reconocido- mire la pantalla del móvil solo para asegurarme de saber quien era la persona con la que estaba hablando .Alex

-Es que e tenido un problemilla con el móvil, bueno dime ¿Qué querías?

-Lo de la fiesta de esta noche…

-Si, dime

-si quieres podemos ir juntos

-A, bueno, esta bien, no creo que a las chicas les importe pero para ir tendríamos que ir todos juntos.

-¡Genial! Paso a las buscaros a las diez, hasta luego. -y colgó

Volví a entrar a la habitación y me encontré a Sara y a Bea saltando por toda la habitación.

-¡Me a dicho que si! ¡Me a dicho que si!- grito lanzándose a mis brazos

Comimos y el resto de la tarde estuvimos probándonos ropa, disfrazándonos y haciendo el tonto. Unas horas antes de que Alex, viniera a buscarnos, empezamos a arreglarnos, cada una se puso su vestido pero nos maquillamos entre todas. Al cabo de un rato estábamos todas listas, nos miramos por última vez a la vez en el espejo del baño.

Bea llevaba un vestido de gasa rojo de un estilo un poco Hippie, con un cinturón como accesorio por la cintura.
Sara llevaba un vestido más serio y elegante como ella pero no por eso mas feo, le quedaba como un guante.
Y yo tras muchos cambios de ropa acabe poniéndome el azul con varios volantes que me regalo Lara hace tiempo y la verdad nunca me lo había puesto.

-Madre mía chicas… ¡estamos buenísimas! –grito Bea

-Ya lo creo que si…-respondió Sara

-No estamos mal – dije

-Aguafiestas – respondieron Sara y Bea al unísono

-Perdón… ¡estamos espectaculares! ¿Mejor?

-Se nota que lo has intentado arreglar- dijo Bea

Entonces sonó el timbre cogimos todas nuestras cosas y bajamos rápido las escaleras para no hacer esperar a Alex y al taxi.
En cuanto abrí la puerta me lo encontré de frente , me quede parada observándole y el hizo lo mismo con migo , hoy iba muy elegante y esa corbata le quedaba muy bien.

-¡Venga chicos corred, que el taxímetro esta contando!-gritaros Sara y Bea acercándose al coche

-¡Ahora vamos!-grite

-Estas preciosa, princesa –me dijo Alex

-Gracias- le respondí sonrojándome –tu tampoco estas nada mal

-Gracias, nos vamos a la fiesta princesa…-dijo tendiéndome la mano

-Claro –respondí dándosela delicadamente

Cuanto más nos acercábamos a los alrededores de la casa del americano se veía más y más gente.

-Como se llama el de el intercambio nunca me acuerdo de su nombre

-Y yo que se- respondió Bea

-Ósea que vamos a una fiesta y ninguno sabemos el nombre del que la hace

-Exacto

-Pues valla…

-No seas pesada, una fiesta es una fiesta y el nombre del anfitrión es lo de menos, además ya nos enteraremos.

Entramos en la casa bueno, más bien mansión porque era enorme.
Estuvimos un rato hablando y bebiendo refrescos para refrescarnos por que allí dentro hacia un calor horroroso, más adelante ya tomaríamos el alcohol.

-Oye chicas ¿Dónde esta Ana?-pregunte dijo que vendría sola, pero no la veo por ninguna parte.

-Mira, por allí viene.- dijo Sara señalándome la multitud.

Pero allí estaba abriéndose paso sin mucho esfuerzo entre un   grupo de chicos, y no me extraña que la dejaran pasar por que venia como decirlo, provocativa.

-¡Ya estoy aquí!- grito para hacerse oír entre toda el gentío- ¿Qué tal?
¿Os gusta?- dijo dando una vuelta para que pudiéramos verlo bien.

-Madre mía…-respondió Alex boquiabierto y yo le lance una mirada incrédula.

-¿No había en la tienda un vestido que enseñara más?- pregunte

-Beca, Beca es una fiesta y quería ser un poco más…desinhibida.

-Di que si Ana que te queda genial- dijo Bea

-Gracias- dijo esbozando una sonrisa- Alex me acompañas a por una bebida –le dijo mientras le cogia de la chaqueta y la arrastraba de vuelta al gentío

-Claro- le respondió Alex.

-¿Veis a Marcos por alguna parte?- pregunto Bea nerviosa

-No, pero veo a un chico que me esta mirando desde hace rato… creo que voy a decirle un par de cosas –dijo guiñándonos un ojo- ¡luego nos vemos!- grito despidiéndose con la mano.

-Es Sara…- dijimos a la vez Bea y yo suspirando

-Donde estará este hom…-pero dejo la palabra a medias porque alguien le tapo los ojos.

-¿Quién soy?

-¿Marcos?- respondió mientras se giraba-¡Marcos!- grito lanzándose a sus brazos

-¿Te he hecho esperar mucho?-pregunto Marcos

-Un poco- le respondió Bea inflando los mofletes como una niña pequeña

-¿Que tal si lo arreglo, sacándote a bailar?

Bea me miro con una mirada de suplica en sus ojos.

-Tranquilos, id a mi no me importa –les respondí con una sonrisa en la cara.

Vi como se marchaban, salian de la habitación y entraban en el salón  hacia la pista de baile. En cuanto los perdí de vista empezó a sonar una canción lenta y lo único que veía por todos lados eran parejas felices bailando juntas, era una imagen demasiado tierna y a la vez cruel para mi, en ese momento, así que me acerqué a la mesa de las bebidas cogí un baso y me eché un gran chorro de vodka.

Creo que estaba un poco borracha pero no me importaba, entonces entre tanta multitud y tanta confusión vi algo que no me gusta algo que creí que nunca vería, algo que tenia que impedir. Que Ana besara a Alex.

Aparte a la gente de mi camino , tenia la mirada fija en esa pareja en ese beso que tenia que evitar, sus labios estaban a punto de rozarse, pero llegue a tiempo y cogí a Alex de la chaqueta haciendo que se girara.

-Te lo robo un momento ¿vale?- le dije sonriente a Ana aunque a ella no parecía hacerle tanta gracia.

-¡Beca! Espera… ¡para!-dijo soltándose de mi -¿Qué te pasa?

-La ibas a besar – le grite enfadada

-No, no lo iba a hacer ya sabes que Ana es solo una amiga

-Claro…Pues si vas besando a todas tus amigas ¿Por qué no me besas a mí?

El Cuaderno de Beca
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La soledad es estar rodeado de gente y que me faltes tú.





martes, 25 de enero de 2011

Mañana...

Hola¡! bueno normalmente los capítulos se suben los martes, viernes y domingos ¿no?
pues el capitulo de hoy se sube mañana LO SENTIMOS T.T pero hay exámenes :(

De todas formas os gusta la nueva imagen del blog ¿? se supone que Beca es morena pero...nuestras habilidades con el photoshop han dado resultados malos xD así que se va a quedar rubia :P

Nos vemos :)

domingo, 23 de enero de 2011

Capítulo 46: Encerrada en mi misma

-Jake, no hagas esto por favor
-¿Qué no haga qué?
-No hagas como si no hubiese pasado nada entre nosotros, como si te hubieras olvidado de mi…
-No me he olvidado de ti, Beca
-Perseguir a la persona a la que quieres no es olvidarla, pero si es hacerla sufrir Jake… Estoy harta de esto, de llorar por las esquinas cada vez que pienso en ti, de ir al instituto y no poder sacarte de mi cabeza. Estoy harta de quererte y de necesitarte y que no estés ahí Jake, tal vez me arrepienta de lo que te voy a decir pero… no quiero volver a verte – dije y me fui corriendo hacia la única persona que sé que me apoyaría en todo esto

Llamé al timbre, no sabía si ya había llegado a su casa, pero por lo menos lo intentaría. Comencé a recordar la conversación con Jake y un mar de lágrimas surcó mis mejillas.

-¿Beca? ¿Te encuentras bien? Vamos pasa princesa…
-Alex – y haciendo caso omiso a su invitación, le abracé fuertemente.
-Ya pasó cielo, todo va a salir bien, vamos…

Me llevó a su habitación y me sentó en su cama y él a mi lado. Abrió un par de veces la boca pero no consiguió articular palabra. Hasta que por fin rompió el incómodo silencio que se estaba formando.

-Beca… ¿Qué ha pasado?
-No va a volver.
-¿Quién? – preguntó confundido.
-Jake…
-¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué te ha dicho?
-Se lo he dicho yo… le he dicho que no quería volver a verle…
-Pero no quieres eso… ¿Por qué se lo has dicho?
-Porque estoy harta de sufrir, creo que lo mejor será olvidarle… ¿no estás contento?
-Estás sufriendo ¿Debería estarlo?

No dijimos nada más en toda la tarde, nos quedamos allí, en su cama, abrazados, hasta que se hizo de noche y Alex decidió llevarme a casa.
Al llegar estaban allí mi tío y Lara, por lo que Alex prefirió volver a su casa. Lara se dio cuenta en seguida de que había estado llorando, pero no dijo nada, en cambio mi tío ni se fijó.
Cené, no había mucha conversación, solo hablaban mi tío y Lara, yo solo miraba el plato y jugaba de vez en cuando con la comida.
-¿Estás bien cielo? – preguntó Lara preocupada
-Si…
-¿Y por qué no comes?
-Es que me encuentro un poco mal… será mejor que suba a mi habitación y descanse, estoy muy casada – dije intentando sonreír un poco.

Subí a mi habitación, me tumbé en mi cama dispuesta a dormir… sin mucho éxito.

Así pasaron las semanas. Me levantaba, me duchaba, desayunaba, iba al instituto, hacía exámenes, me daban notas aprobadas, algún que otro suspenso. Llegaba el recreo y pasaba un poco de todo, al principio mis amigas no paraban de preguntarme qué me pasaba, pero al ver que yo no iba a contestar ninguna de sus preguntas, me dejaron en paz. Después salía del instituto y miraba mil veces a mi alrededor con la esperanza de que Jake estuviera allí, me iba a casa y me encerraba a llorar. Y al llegar la hora de dormir, apenas podía descansar tres o cuatro horas.
En todo este tiempo con la única persona con la que me atreví a hablar fue con Alex. Era el único que me entendía, que me dejaba llorar en su hombro y sobretodo, el único que no me juzgaba.

Fueron las dos semanas más largas de toda mi vida. Dos semanas en las que descuidé mi amistad con mis dos mejores amigas. Dos semanas en las que salía de mi habitación para comer e ir al instituto, y nada más.
De repente un día, a la salida del instituto, mientras esperábamos a Alex, Bea se hartó de mi comportamiento.

-¡Bueno ya vale! – Gritó delante de todo el instituto – estoy harta de que andes como una zombie por ahí, de que no hagas ni caso.
-Lo que Bea quiere decir – dijo Sara fulminando a mi amiga con la mirada – es que te echamos de menos cielo – dijo acariciándome dulcemente el pelo.
-¿Por qué no te vienes a la fiesta del americano este sábado? – preguntó Beca un poco más calmada.
-¿El americano?
-Joe hija, no te enteras de una mierda, el tío nuevo de clase… el que es americano… el rubio que está muy bueno – intentó explicar Bea
-El que se sienta a tu lado en inglés – aclaró Sara
-Ah, ya sé quién es, haber empezado por ahí… no sé chicas, no conozco de nada a ese chico.
-No si nosotras tampoco – dijo Sara sin darle mucha importancia
-Pero estaría muy feo por nuestra parte rechazar una invitación ¿no crees? – dijo Bea sonriente – además si lo hacemos para que el chaval encuentre amigos.
-Es que no estoy para muchas fiestas
-Si en realidad no es una fiesta, es más… como una bienvenida
-No sé…
-Venga chicas, dejadla en paz, si no quiere no quiere – dijo Alex mientras me abrazaba.
-Tú no hables rubiales, que si n quiere salir de su casa, es por tu culpa – dijo Bea.
-¿Mía? ¿Por qué?
-Porque la tienes muy mimada, si desde un principio le hubieras obligado a salir de casa, no estaríamos aquí ahora – contestó Sara esta vez.
-Pero…
-Está bien – le interrumpí – iré con tal de dejar de oír cómo discutís

Los tres sonrieron y nos fuimos hacia la puerta del instituto, para salir por fin de ese infierno.

Los días pasaron rápidamente. Hubo un par de días en lo que acompañé a las chicas a por los vestidos. Tuvimos que ir dos días porque Ana no se decidía. Al final nos compramos unos vestidos preciosos, pero el de Ana no pude verlo. Gracias a haber quedado con las chicas conseguí olvidarme un poco de Jake, al menos por unas horas, pero llegaba la noche y los recuerdos volvían a mi cabeza.
Los días que no iba con las chicas, quedaba con Alex, que estaba indeciso con qué ponerse para la fiesta. Entre Alex y mis amigas los días se me pasaron rapidísimo. Cuando quise darme cuenta el sábado llegó y cuando, ni si quiera me había levantado, el teléfono comenzó a sonar. Era Bea que, muy emocionada, me gritó:

-¿Preparada para la mejor fiesta del universo, que te cambiará la vida? – no sabía hasta qué punto tenía razón.

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Cuaderno de Beca
Se necesita solo de un minuto para que te fijes en alguien, una hora para que te guste, un día para quererlo, pero  se necesita de toda una vida para que lo puedas olvidar.

viernes, 21 de enero de 2011

Capítulo 45: ¿Seguro qué no me vigilas?

Fui una necia al pensar que Jake había venido a algo más que a salvarme. Pero no fue así.
Me levanté del suelo apoyándome en el árbol y seguí micamino como si nada hubiera pasado, pero que por dentro, lloraba, lloraba sin cesar, pensando en Jake e incluso... en Miguel.
No podía creerlo, otra vez, como se atrevió, y en un parque público. No se porqué pero querí hablar de todo esto con ALex, que en realidad, era el único con el que podía hablar de esto ahora. Le llamé pero antes de que pudiera contestarme, colgué porque por ahora no quería preocuparle.
Me fui hacia casa, iba mirando asutada hacia todas partes, tenía miedo de volverme a encontrarme con Miguel. Me tranquilicé, pensando en que no volvería a atacarme después de la paliza que le dio Jake.

Me levanté ojerosa de la cama,estuve toda la noche pensando en lo sucedido el día anterior.
Al llegar al instituto me encontré con ALex y empezamos a hablar:

- Ey, Princesa - me dijo como de costumbre.
- Hola - estaba pensando como decirle lo de ayer, pero sin tener que dar todos los detalles.
- Beca... ¿estás bien?
- Sí, ¿por?
- Nose... te veo un poco ausente.
- Na.. tengo un poco de sueño eso es todo. - Y le donreí pero él me miraba muy serio.

Entramos en clase. Como no la de historia dándono el peñazo como siempre. Lo demás pasó rápido.
 Al salir de clase cogí aire para sacar el tema que tanto me costaba contar, pero alguien se me adelantó:

- Alex... ¿puedo hablar contigo un momento? - dijo Ana y sin esperar la respuesta de Aex, se lo llevó lejos de mi.

Mientrasells hablaban, yo miraba para otro lado, entonces le vi, era Jake estaba segura, estaba observándome desde la calle de enfrente, pero otra vez estaba mirándome.
Crucé la calle con cuidado, y al llegar a su lado le miré y le dije:

- Jake...¿qué estás haciendo aquí?
- Estoy..vigilando a... mi padre - no lo dijo muy convencido.
- Ya. Bueno... pues no es la primera vez que lo haces ¿no? - esperé a que contestase
- No - contestó después de habérselo pensando.

Aunque pareciese mentira, me alegraba que me hubiese dicho que sí, porque eso quería decir que yo no estaba loca.

- ¿Qué tal? - dije intentando no ser fría.
- Bien gracias, pero ahora tengo que irme. - dijo Jake.

Entonces no me puede contener y se lo solté:

-¡¡¡ No me mientas Jake!!! ¿¡ Por qué me sigues si no quieres saber nada de mi supuestamente!?
- ¿Qué?... - dijo casi asustado.
- Lo que oyes Jake, tu te crees que soy tonta ¿no?, que soy tan cría que no entiendo lo que está pasando ¿verdad? Te he visto más veces con la moto y espiándome a mi ¿sabes? Y si tienes algo de conciencia te dolerá que te diga que pensé ¡que esta LOCA! - Dije aumentando el volumen de mi voz.
- Pues lo siento Beca, si te molesta que te sobrepoteja o algo de eso, porque aunque no estemos juntos, me importas, y además eso no le va a impedir ami padre querer estar a tu lado...

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Cuaderno de Beca:
Un día te vi, fue cuando te encontré mas me enamore de ti y te perdí… fui una tonta ya lo se…




martes, 18 de enero de 2011

Capítulo 44: No lo hagas

Me paré en seco en medio de la habitación, había dicho lo que más temía, lo que nunca quería haber oído salir de su boca. Me temblaban las piernas notaba como ninguna parte de mi cuerpo me obedecía .Quería ir hasta la puerta abrazarlo y pedirle perdón, pero no podía era como si estuviera anclada al suelo. Finalmente Jake se acerco a mí y puso sus manos sobre mis hombros.

-Beca, siento haberlo dicho así de sopetón, pero necesitaba soltarlo, porque sé que si hubiera esperado no habría tenido el valor de decírtelo.

-Jake…-susurre con una voz quebrada-no me hagas esto por favor

-Creo que es lo mejor Beca, tu no estas segura de lo que sientes por mi y yo… yo no puedo estar así, esperando una respuesta que necesito y no llega.

-¡Jake! Nunca había estado tan segura de lo que siento por ti, Alex no tiene nada que ver con nosotros.

-¡Quien a hablado de Alex!- me grito acercándose más a mi cara

Como reacción a sus gritos abrí los ojos asustada y fui dando unos pequeños pasos hacia atrás intimidada mientras Jake los daba hacia delante, creando así una pequeña persecución llenas de gritos, sentimientos confundidos y miedos.
Nunca había visto así a Jake, estaba muy nervioso y yo muy asustada.

-¡Lo ves Beca! ¡Solo piensas en él en él y en él y a mí que me jodan ¿no?!

-¡No Jake! ¡Mírame! – le dije cogiendo su cara entre mis manos para que nuestras miradas se cruzasen – mírame- le dije más calmada evitando que apartara la mirada- tu sabes perfectamente que te quiero, sabes como era antes de que llegaras, siempre tenia el alma a los pies, no hacia más que recordar lo que les paso a mis padres, vivía por vivir, no tenia nada por lo que luchar, pero entonces llegaste tu y me sacaste de ese agujero.

-Beca…si que lo comprendo y se lo que has sufrido, yo todavía sigo sufriendo recordando todas esas noches inundadas en lagrimas en las que estaba a tu lado. Pero no te quiero dejar por que Alex sea tu amigo, si no… porque sé que tu no estas segura de saber a quien quieres y yo no puedo estar a tu lado sabiendo que solo estás conmigo por pena.

-Sabes que eso no es verdad Jake…

Entonces mi tío entró por la puerta preguntando por los gritos

-¡¿Pero que son estos gritos a estas horas?!

Los dos nos giramos a la vez para poder ver a tío Santi.

-¿Alguien me lo explica? - preguntó inquieto

-Tío…ahora no… -dije cansada
-A no, no, no, no, alguien me va a explicar que esta pasando aquí ahora mismo

Jake se separo de mí y se dirigió a la puerta respondiéndole a tío Santi

-Pregúntale a tu sobrina

Vi como desaparecía por el pasillo sin poder hacer nada, quería seguirle, pararle y decirle que estaba equivocado pero ninguno de mis músculos se movía.

-Beca ¿que esta pasando? – preguntó Santi pero yo solo podía pensar en una cosa, Jake.

Salí corriendo de la habitación, bajé las escaleras esperando que todavía no se hubiera ido. Le ví en la entrada de la casa, cogiendo la moto. Me acerque a él corriendo intentando hablar con él de nuevo, hacerle entrar en razón.

-Jake… por favor hablemos esto, mejor entra a casa

-Beca, no lo entiendes por más que habláramos sé que obtendría la misma respuesta .Adiós- me dijo mientras se acercaba a mi cara y me daba un delicado y ultimo beso en la frente.

Solo recuerdo su figura subida en la moto que se alejaba en la noche. Como un precioso sueño que siempre habías deseado, que habías obtenido y que en un solo segundo se te había deslizado de las manos.

1 Semana después:

Evite como pude las incesantes preguntas de tío Santi en parte gracias a Lara que le intentaba distraer como podía. Pero eso no le impedía a ella el preguntarme.

-Cariño ¿me vas a contar por fin lo que pasó?

-Nada, solo hemos discutido

-Y…- siguió Lara

-Y… hemos cortado – le dije empezando a llorar

-Mi niña…- me dijo acogiéndome entre sus brazos, era la única persona que se podía comparar con mi madre- nadie podrá comprender nunca a los hombres, no son conscientes del daño ni el dolor que puedan causar sus palabras.

-No, no lo saben- le respondí entre risas y sollozos

-Beca, escúchame- me dijo Lara levantándome la barbilla- nunca dejes que un hombre te destroce la vida aunque no lo halla hecho adrede, no cometas el mismo error que yo cometí.

Nunca la había oído hablar así, con ese tono tan duro y decidido, no era propio de ella.

-Lara…

-Creemé te lo digo por experiencia propia- entonces se levantó y me dejo sola, en mi habitación, de nuevo.

Tras el fin de semana, empezaron de nuevo las clases, así que volví a la rutina, que aunque parezca raro la prefería.
Intentaba no hablar mucho con Alex y si lo hacia hablábamos de alguna que otra serie y del instituto.

Por fin sonó el timbre, un día menos, pensé. Al salir por la puerta principal del instituto me pareció ver una moto, demasiado parecida a la suya, pero en cuanto me frote los ojos desapareció como si solo hubiera sido un espejismo.

Decidí volver a casa por el parque, ya que para ser enero hacia un día más bien primaveral.
Era un parque tranquilo y apacible y con esta temperatura aun más.
Entonces oi una voz.

-Que tal preciosa ¿me recuerdas?

Al oir esa voz, me paré en seco. Me giré lentamente hacia el hombre que me estaba hablando.

-Miguel…

-Si preciosa, soy yo – dijo sonriente

-¿Qué quieres? – pregunté alejándome

-Ya me he enterado de que lo habéis dejado… que pena – dijo sarcásticamente

-Si y ¿qué? – dije cada vez más nerviosa

-Nada que he pensado que, ya que no estáis juntos, te apetecería darte una vuelta conmigo… o hacer cualquier otra cosa – dijo mientras se acercaba lentamente a mi. – por cierto con esa falda estás… - dijo relamiéndose los labios.

-Lo siento, pero tengo que irme

-No… no te vas a ningún sitio.

Y justo en ese momento me cogió del brazo, estampándome fuertemente contra un árbol. Comenzó como siempre por el cuello, descendiendo poco a poco.

-¿Sabes? Esta chaqueta te queda genial… pero si te la quitas yo creo que mejor ¿no? – dijo sonriente

No respondí. Dirigió uno de sus asquerosas manos por uno de mis muslos, acariciándolo sin ninguna delicadeza. Siguió subiendo hasta llegar al borde de mi ropa interior. Con la mano derecha empezó a sobarme el pelo, en un intento de caricia, pero al rato cambió su ruta y se dirigió hacia mi vientre, por debajo de la camiseta
Separó un momento sus labios de mi cuello, y cogiéndome sin ninguna delicadeza, me tumbó en el suelo y él encima de mí.
Tanto él como yo, sabíamos que por ese parque nunca pasaba nadie, y menos a estas horas, pero estábamos equivocados. Tras unos minutos de agonía en los que Miguel intentaba quitarme el sujetador, alguien lo agarró por la espalda, alejándolo de mi.

-Jake…

No podía creerlo, Jake, mi Jake estaba aquí. Después de unos minutos de forcejeo, Jake consiguió meterle un puñetazo, seguido de una patada en el estómago, a Miguel.

-Esto no va a quedar así, niñatos de mierda – gritó, mientras de alejaba huyendo


 Jake se giro y me miro, no supe muy bien como descifrar su cara.

-¿Por qué estas aquí?-le pregunte

-Le…le e seguido, pero eso no tiene nada que ver –dijo mientras me acercaba la chaqueta

-Gracias

-Esto no cambia nada- y dicho esto se fue dejándome allí tirada en el suelo asustada y confundida.
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El Cuaderno de Beca

Cada paso que doy hacia delante, es una mirada atrás buscando tu recuerdo