Capítulo 32 : Solo puedo llorar

Me senté al lado del sofá en el suelo entonces me di cuenta de que aun estaba medio desnuda, cogí un cojín y tape como pude agarrándolo con fuerza como si fuera mi pequeño escudo.

Me quede ahí parada un rato. Cada vez que cerraba los ojos veía esa espantosa cara demasiado cerca de la mía, a duras penas logre levantarme y salir del salón, fui por el pasillo y legue hasta las escaleras, cuando estaba en mi habitación me termine de quitar la ropa interior y me metí en la ducha, creo que solo me limite a que me cayera el agua por encima, no tenia fuerzas para hacer mucho más. Cada momento tenía un flash-back que me recordaba lo que había pasado, como impulso cogí la esponja y la empecé a frotar por mi cuerpo como si pudiera quitarme cualquier resto o recuerdo que ese hombre pudiera haberme dejado. No pare hasta que me dolió la piel de tanto rozar contra la esponja contra mi. Salí de la ducha y me puse el pijama mas largo que tenia, en ese momento no me importaba mucho la calefacción. Oí como llamaban a la puerta, baje corriendo y esta  vez si mire por la mirilla. 

Abrí la puerta y solo pude lanzarme a sus brazos

-Jake- dije entre sollozos entrecortados

-Lo siento- dijo abrazándome con más fuerza

-No ha sido tu culpa Jake- le respondí intentando quedar de mi cara  los lagrimones sin mucho resultado.

-Si, si que es mi culpa, no debí darle otra oportunidad, personas como el no las merecen. Pero sigo sin entender como ha llegado a tu casa, no le dije donde vivías.

-Ahora no creo que eso importe mucho – dije, las lágrimas ya no inundaban mi rostro.

-Si quieres puedo quedarme a dormir, solo si quieres, claro…

-Por favor – le dije hundiendo mi cara en su pecho.

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Me desperté en mi cama, entonces recordé todo lo que paso con Miguel, mis suplicas , la llegada de Jake y el resto de la noche que estuve con el  en mi cama, tan solo hablando intentando quitarme de la cabeza lo que había pasado tan solo hace unas horas.

Pase la mano por la cama intentando buscar con el tacto a Jake pero allí no había nadie, de repente oí una voz que venia de la puerta.

-Buenos días dormilona – me dijo Jake desde la puerta .Tenia una bandeja en las manos y se estaba acercando hacia la cama- te traigo el desayuno.

-Gracias – dije aun adormilada

Cuando llegó yo me incorpore y le invite a sentarse a mi lado. Era un zumo y unos cereales.

-Un poco cutre ¿no?

-Si quieres me lo llevo –dijo volviendo a coger la bandeja

-No, no, no, esto se queda aquí –dije volviendo a recuperar mi desayuno

-Pues no rechiste y come – dijo riendo

Comí y Jake me pregunto si ese día preferiría quedarme en casa, pero le dije que no, que me distraería mas si iba al instituto A si que me llevo en su moto, me dejo en el instituto y se fue otra vez. En cuanto lo ví desaparecer de mi vista sentí como la tierra me tragaba, ¿donde iba a apoyarme ahora para poder soportar lo que había pasado? , empecé a arrepentirme de mi propia decisión.

Subí casi corriendo las escaleras y me senté en  mi sitio esperando a que llegara la profesora y que pasara una clase tras otra para poder estar otra vez con él.

Cuando sonó el timbre baje al patio con Bea y Ana, nos sentamos en el banco que estaba enfrente del campo de fútbol.

Mi mente se fue poco a poco de la conversación lo único que hacia era mirar al frente con la mirada perdida.

-Bueno ¿Qué tal te va con ese bombón?- me dijo Bea picarona

-¡Eh! ¡Beca! , tierra llamando a Beca – dijo Ana sacándome de mis pensamientos

-Perdonad chicas, estaba pensando en una cosa

-Bueno, bueno… creo saber en quien pensabas – dijo Bea guiñándome un ojo.

-¿Qué tal con Jake?- me pregunto Ana

-¿eh? ¿Jake? Bueno…bien- respondí con una sonrisa forzada

-Oh, oh problemas en el paraíso…a ver ¿Qué a pasado?

-Nada…solo…

No pude responder alguien me tapo los ojos por detrás y supe que se estaba acercando a mi cuello porque estaba sintiendo su aliento. Me puse muy nerviosa Miguel hizo lo mismo empezó por mi cuello y continuo, si Jake no le hubiera parado…

-Hola- dijo una voz

Note como una gota de sudor se deslizaba por mi cogote y como quitaban las manos de mis ojos. Pude ver el patio de nuevo pero esta vez estaba borroso, no me di cuenta pero estaba llorando otra vez.

-¿Beca?- dijo alguien -¿Qué te pasa?

Alguien se interpuso en mi vista, era Alex, tenía una visible mueca de preocupación en la cara.

-Nada, déjame- dije apartando la mirada

- No Beca, a ti te pasa algo y seguro que es por culpa de ese novio tuyo ¿Qué te ha hecho?

-¡No te has parado a pensar que a lo mejor esto es tu culpa!

Se que fui muy dura e injusta con él, pero era la única forma para que me dejara en paz.

Me levante del banco y me fui corriendo hasta el baño de chicas.

El resto de las clases estuve evitando a todos excepto a Alex, él se quedo en todos los intercambios sentado en su sitio sosteniendo la cabeza entre los brazos, creo que me pase mucho al decirle eso pero si le decía la verdad: 1º mataría a Miguel y 2º mataría a Jake por el simple echo de ser mi novio y seria una muerte lenta y dolorosa.

 Por fin sonó el timbre, por fin eran las 2:10 .Cogí mis cosas y salí por la puerta pero alguien me cogió por la mano haciendo que me girara bruscamente.

-Alex…

-Tenemos que hablar -dijo llevándome escaleras abajo

Llegamos a la parte de atrás del edificio era una parte casi abandonada de lo sucia que estaba, por eso estaba siempre vacía.

-Dime – dije sorprendida por la brusquedad con la que me había llevado hasta allí

-¿Qué he hecho ahora Beca? ¿Que he hecho para que me trates así?

- ¡Tu no has hecho nada Alex!

-¡¿Entonces por que me tratas así?!-dijo cogiéndome de las muñecas y poniéndome contra la pared.

No pude controlarlo y esos recuerdos e imágenes pasaron por mi cabeza:

Estábamos los dos encima del sofá, él encima de mí, me sujetó de las muñecas, por encima de la cabeza, no podía moverme, así que comencé a chillar

-Calla preciosa, es solo un momento, verás como después quieres repetir – me susurró al oído con una sonrisa picarona.

-No por favor, por favor, haré lo que quieras, pero esto no por favor

-Cielo, esto es lo que quiero…

-Miguel ¡NO! -  grite

-Beca ¿quien es Miguel?

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El cuaderno de Beca

No hay nada mal para el que lo hace, pero sí para el que lo recibe.