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martes, 15 de noviembre de 2011

Capítulo 65: Estúpidas pesadillas


Me salió una tonta sonrisita. ¿Visitas nocturnas? Era una buena idea, pero ¿y si tío Santi nos pillaba? Se nos caería el pelo… pero es que estábamos hablando de estar una noche con Jake, después de haber estado tanto tiempo separados, tantas noches sin dormir juntos… me había puesto en un dilema.

Jake me dio un beso en la mejilla y se fue guiñándome un ojo y como siempre la sangre comenzaba a subirme a las mejillas.
Me tumbé en la cama lentamente pensando en qué hacer, si me decidía a ir tendría que esperar bastantes horas, hasta que se acabara el partido que estaba viendo mi tío y hasta que este consiguiera dormir.

En ese mismo momento comencé a pensar en Alex, y me sentí muy mal conmigo misma… ¿me estaba convirtiendo en una de esas zorras que siempre he odiado? Tenía la sensación que si… pero es que les quería tanto a los dos. Los dos son perfectos a su manera… los dos completamente diferentes. Alex era un chico tierno, dulce, amable, como esos pequeños cachorritos. Y en cambio Jake era un chico duro, malote, pero cuando le conoces, cuando deja que entres en su corazón, te sorprende, es todo un sensiblón, como unos de esos osos de peluche que siempre quieres abrazar. ¿Cachorrito u oso de peluche?

Cogí a mi pequeño Odie y lo tumbé en mi tripa mientras lo acariciaba lentamente hasta que me quedé dormida.



Estaba en la plaza de una ciudad, todo estaba completamente en silencio. El reloj de la plaza marcaba las 14:30 de la tarde.
Unos pocos niños correteaban por la calle de vuelta a casa para comer, y yo estaba allí parada, sin hacer nada.

Me senté en un banco cerca de donde estaba, en frente de la preciosa fuente que adornaba la plaza. Ningún pensamiento pasaba por mi mente, me sentía vacía, ningún sentimiento transitaba mi cuerpo, solo veía la imagen de la fuente, solo eso una fuente.

De repente empecé a escuchar mi nombre, al principio como un susurro, pasando los segundos la voz pronunciaba mi nombre cada vez más fuerte, hasta que sentí como alguien, detrás de mi, susurró mi nombre en mi oído, en ese momento mis sentimientos comenzaron a resurgir y sentí un miedo indescriptible. Poco a poco me fui girando y me relajé de inmediato al ver de quién sé trataba.


-¿Alex?

-Hola, princesa… ¿te vienes conmigo a dar una vuelta?

-¿Por qué no me mejor te vienes conmigo?- preguntó la voz proveniente de alguien que estaba sentado a mi lado.

-¿Jake?

-Vente conmigo pequeña… - dijo en un susurro.

-Yo… - comencé a decir

-¡No! – me interrumpió Alex - ¡Se vendrá conmigo!

-Eso es lo que tu te crees pringao, se vendrá conmigo

-Chicos – intenté intervenir

-¿Pero qué dices gilipollas? – de un momento a otro los dos estaban en frente el uno del otro en posición de empezar una pelea, en seguida me levanté y me puse entre ellos dos poniendo cada una de mis manos en sus pechos, intentando que no se acercaran el uno al otro.

-¿Pero es que acaso crees que te quiere? Que equivocado estas pedazo de mamón, aunque en realidad me da pena que pienses que te quiere como algo más que a un….

-¡Ya basta! – le interrumpí – ¡No os quiero a ninguno de los dos! – grité cerrando fuertemente los ojos


Cuando volvía a abrirlos ya no estaba en la plaza de ese pueblo, estaba en un bosque en el que solo se oían los ruidos de los animales.
Comencé a sentirme realmente mal, ¿por qué les dije que no les quería? Por supuesto que les quería.
Otra vez comencé a oír mi nombre, esta vez provenía de detrás de los árboles. Sentí miedo, mucho miedo, yo conocía esa voz… Miguel


-¿Y a mi me quieres preciosa? – preguntó acercándose rápidamente a mi.


Me abrazó por detrás y comenzó a besar mi cuello. Yo no podía moverme, por más que lo intentaba no podía, solo podía llorar y llorar.
Comenzó a tumbarme en el suelo, y se recostó sobre mí, el llanto comenzó a aumentar.
Su mano subió por mi pierna y comenzó a acariciarla bruscamente, sin ninguna delicadeza.

Comencé a gritar, pero parecía que nadie me oía. Grité el nombre de Jake, Alex, mis padres, tío Santi, mis amigas, Lara, incluso Odie, pero nadie venía a rescatarme, hasta que detrás de unos árboles apareció él, con su semblante tranquilo y sonriente hasta que vio lo que estaba pasando.


-Pero mira a quien tenemos por aquí, si es mi queridísimo hijo, ¿quieres unirte a la fiesta? – preguntó señalándome con la cabeza.

-Apártate de ella – dijo apretando su mandíbula y convirtiendo sus manos en puños.

-¿O si no qué? ¿Te vas a atrever a pegarme? – preguntó con chulería, poniéndose de pie y dejándome a mi libre


Jake se quedó parado mirando fijamente a su padre. Miguel sonrió con chulería y se dio la vuelta para volver a lo que estaba haciendo. Pero Jake se abalanzó sobre  él haciendo que se cayera al suelo, a mi lado, comencé a llorar de nuevo.
Me sentía fatal ni siquiera podía ayudarle, mis piernas no me respondían, estaba como en mi propio mundo. Ellos siguieron peleando hasta que de repente Miguel le clavó una navaja a Jake. Este cayó en el suelo boca arriba, sujetándose la herida con una mano.
Yo corrí hacia él, chorreando lágrimas por mis mejillas. Miguel había desaparecido, no sabía dónde estaba pero tampoco me importaba, lo único que me importaba ahora era Jake, solo Jake.
Me arrodillé a su lado y le tomé de la mano.

-Vamos Jake, aguanta

-Te quiero Beca

-Vamos Jake, por favor no me dejes

-Te quiero Beca – y cerró los ojos


-¡NO! – Grité incorporándome en la cama – no… - susurré


Estúpidas pesadillas. De repente una idea pasó por mi mente… Jake… necesitaba verle, solo eso, ver a Jake y comprobar que no le había pasado nada, sabía que era solo una pesadilla, pero necesitaba verle sin importarme que el tío Santi me descubriera.
Me levanté y miré la hora… las 3:00 de la mañana, el tío Santi ya debería estar dormido, o eso esperaba. Salí de la habitación intentando no hacer ningún ruido, pero me paré de repente, tío Santi estaba en la escalera sentado con la cabeza apoyada en la barandilla, estaba tan oscuro que no sabía si tenía los ojos abiertos, pero en cuanto salió un ronquido de su garganta supe que estaba dormido, así que volví otra vez a mi misión… ver a Jake.
Me puse delante de la puerta de Jake, no sabía si llamar o no… tal vez estaba dormido y no quería verme, pero me dijo que aceptaba visitas nocturnas…
Al final después de pensarlo bien abrí la puerta despacio, y allí estaba él con solo un pantalón, su brazo colgando de la cama, su preciosa cara apoyada en la almohada y los ojos cerrados.
Me acerqué a él y comencé a acariciarle la mejilla, lentamente él empezó a abrir sus ojitos, me miró y sacó una preciosa sonrisa.

-Hola pequeña

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Sé que el capitulo es corto, que es un poco mierda, pero de verdad que es lo único que se me ha currido, hoy no es mi día de imaginación, pero tenía ganas de publicar, así que aquí está el capítulo :D

200!!

200 seguidores!!!! O.o walaaaaaa muchichichichichichisimas gracias de verdad, ya que nos habeis dado este precioso regalo, si puedo, esta tarde escribo y subo el capitulo :D
PD: Os queremos mucho mucho mucho (L)

domingo, 13 de noviembre de 2011

Solucionado

holaaaaaaaaa creo que he encomtrado el problema siiiiiii era porque yo usaba el Chrome y era él el que no me dejaba ni comentar ni publicar puuuuufffff bueno lo de comentar no sé si me dejará pero publicar si :D

Comentarios

No sé por qué no me deja comentaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaar