Capítulo 28: Confesiones

Sentía como sus labios me besaban con ternura y cariño, me fui despegando poco a poco de él, pero por acto reflejo le pegué un tortazo y por fin conseguí verle bien la cara, esos ojos verdes, ese pelo rubio, despeinado por el viento de otoño.

-Hola pequeña

Esa voz que tanto había extrañado los últimos años…

-Alex… ¿Alex?... ¡Alex! – grité y enseguida me abalancé sobre él para abrazarle, él me devolvió el abrazó, pero algo nos separó.

-¡Suéltala imbécil! – gritó Jake cogiéndome del brazo y separándome de él.

-¿¡Pero tú de que vas!? – Contestó Alex a la defensiva - ¿¡Quién te crees que eres!?

-¡Soy su novio, así que aléjate de ella!

Y dicho esto se abalanzó contra él, tirándole al suelo. Yo estaba paralizada, no sabía que hacer, todo esto era culpa mía. La gente iba haciendo un corro alrededor de nosotros y, como en cualquier otro instituto, empezaron a gritar:

-¡Pelea, pelea!

Las lágrimas empezaron a recorrer mis mejillas descontroladamente, mi novio y mi mejor amigo se estaban peleando y yo no hacía nada para detenerlos, solo estaba ahí parada como una estúpida y por una vez el directo hizo algo de provecho, salió medio corriendo por la puerta del instituto y separó a Jake y a Alex.

-¡Pero bueno! ¿¡Qué pasa aquí!? – Dijo gritando – ¡Se acabó el espectáculo! ¡Vamos fuera! – Gritó refiriéndose al corrillo de personas que se había formado – Y ustedes dos ¿dónde se creen que están? ¿Señor López? Pues mal empieza… no les puedo sancionar porque no están en horario de clase, y a usted ni siquiera le conozco – dijo refiriéndose a Jake – así que váyanse de aquí y no quiero tener que volver a separarlos ¿He sido claro? – Ninguno contestamos - ¿¡Qué si he sido claro!?

-Si señor lo sentimos muchísimo no volverá a ocurrir – conseguí contestar y se metió dentro del instituto.

-Beca yo… - empezó a disculparse Alex, pero le interrumpí

-Beca nada, Jake conmigo, y tu Alex, luego te llamo – Jake sonrió – tú no te rías que si me voy contigo es porque me tienes que llevar a mi casa en moto, porque te tengo que curar y porque tengo que echarte la bronca de tu vida a si que no te flipes.

Pero él siguió sonriendo. Nos montamos en su moto y se dirigió hacia mi casa. Al llegar, como de costumbre, no había nadie. Entramos en mi habitación, Jake se sentó en el borde de mi cama, mientras yo iba a por el botiquín de mi tío, pero antes de volver a mi habitación, fui a la cocina para beber un poco de agua y vi una nota pegada en mi nevera.

Beca, cariño, se que esto no te va a hacer mucha gracia, pero he tenido que irme de viaje, volveré en un par de semanas, habrá días que Lara no podrá ir, así que puedes invitar a alguna de tus amigas a dormir o a ver una peli o a hacer lo que hagáis ahora los adolescente, también puedes invitar a, me voy arrepentir de esto, a Jake, pero solo un ratito, que no se acostumbre.

Te quiere, tu tío preferido, Santi

Dejé la nota donde estaba y subí con el botiquín a mi habitación

-¿Tanto se tarda en coger un botiquín? – preguntó Jake enguanto entré por la puerta.

-He ido a beber agua, ven aquí que te tengo que curar la herida de la ceja, creo que se te ha partido.

Me puse de pie delante de él, cogí el algodón, eché agua oxigenada y empecé a pasárselo delicadamente por la herida, empecé a pensar en Alex, le había echado mucho de menos y ahora que lo volvía a ver se había liado una buena, yo creía que su bienvenida iba a ser como la de cuento de hadas, pero obviamente no ha sido así, entre tanto pensar no me había dado cuenta de que cada vez apretaba más fuerte contra la herida, hasta que Jake se quejó

-Ay! Me haces daño

-Deja de quejarte, te lo tienes merecido

-¿Merecido yo? Empezó él

-Pero si fuiste tú el primero en pegarle

-Porque se estaba aprovechando de ti, es un pervertido, ¿que clase de chico le roba un beso a una chica que ni siquiera conoce?

-Pero es que si me conocía

-Eso yo no lo sabía

-Pero si después le abracé. No mientas Jake, has sido un imbécil, un celoso, y un irresponsable, le podías haber hecho daño, menos mal que estaba allí el director que si no…

Empecé a soltarle una parrafada sobre lo mal que me había sentado, sobre el respeto, etc… pero Jake logró callarme

-¡PERO ES QUE NO VES QUE ESTOY ENAMORADO DE TI!

Me quedé de piedra, no sabía que decirle, hasta que él habló

-Lo siento… he sido un imbécil, sabía de sobra que le conocías, le vi. en una de tus fotos, pero como siempre estaba tan celoso que…

No me creía lo que estaba escuchando, me fui acercando poco a poco mientras él seguía hablando, le tumbé en la cama y yo encima de él, noté que mientras más acercaba mis labios a los suyos más me iba sonrojando pero me daba igual, no podía más necesitaba besarle, acerqué lentamente mis labios a los suyos hasta que nuestros labios se juntaron. No sé cuanto tiempo pasó, pero yo estaba en la gloria, no quería que ese momento tan especial acabase. Jake se puso encima de mí y empezó a quitarme la camiseta, me empezó a besar por el cuello mientras que yo, torpemente le quité la chupa, que todavía no se había quitado, y más tarde le quité la camiseta. Estaba como en mi mundo, hasta que me di cuenta de lo que estaba haciendo, no quería que llegara ese momento, todavía no.

-Jake, para – dije con hilo de voz, pero este no me hizo caso, seguía recorriendo mi cuello con sus suaves labios. – Jake por favor, he dicho que no…

-Perdona… es que… yo… lo siento… - dijo con voz entrecortada

-No tienes porque dis… - pero el teléfono me interrumpió. – Ya voy yo – dije levantándome de la cama y poniéndome la camiseta

Cogí el teléfono que había encima de mi escritorio, y Jake me abrazó por la cintura, mientras me besaba el cuello

-¿Si?

-Hola pequeña

-¿Alex? – pregunté confusa y noté como Jake se tensaba detrás de mi y dejaba de besarme.

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Cuaderno de Beca

Te quiero y lo guardo en silencio y si por callarme te pierdo mejor te lo digo bajito ¿¡me oyes!? ¡¡te quiero!!