Capítulo 5: No puede ser...

-¿Diga?

-Beca…

-Si… ¿quién es?

-Beca soy yo… Jake

-¿Jake?... ¡Jake! ¿¡Por qué me llamas a estas horas!?

Empecé a echarle la bronca hasta que noté la preocupación en su voz

-Jake… ¿te pasa algo?

-Beca, necesito hablar contigo, ¿puedes venir al parque que está enfrente de tu instituto?

-¿Ahora?

-Por favor

-Bueno, vale, dame 15 minutos.

-Te espero

Y colgó, no sé lo que le pasaba, pero por su tono de voz nada bueno, me estaba asustando ¿por qué me había llamado al móvil a las seis de la mañana? Cogí la cazadora que estaba tirada en mi escritorio, como lo estaba normalmente, me puse los vaqueros y las botas.

Subí la ventana lentamente, intentando no hacer ruido, pero me di cuenta que mi tío dormía al final del pasillo y que tenía un sueño bastante profundo. En ese momento agradecí que el diseñador pusiera una enredadera en la fachada. Bajé con cuidado ya que mi habitación estaba en el segundo piso y era una altura bastante hermosa. Cuando mis pies tocaron el suelo corrí hasta la parte posterior de la casa, allí mi tío me dijo una vez que puso una entrada secreta y que la utilizaba alguna que otra vez, pero que si lo hacía yo la única luz que vería el resto de mi vida sería la de la lámpara de mi cuarto. Aunque ahora la amenaza no servía de mucho, esto era por una buena causa.

Tardé unos minutos en llegar hasta el parque pero allí no había nadie, dije el nombre de Jake un poco bajo porque estaba preocupada por si algún ladrón o violador andaba cerca (soy muy dada a exagerar). Entonces alguien me tapó la boca con la mano y me llevó hasta detrás de un árbol, cuando quise darme cuenta tenía los ojos de Jake enfrente de los míos, inundándome en ese mar del que estaba segura que no me sería fácil salir.

-Hola- dijo él.

-Hola- respondí.

-Perdóname, pero necesitaba verte, no se lo podía contar a nadie excepto… a ti.

-¿El qué Jake?

-Es sobre mis padres… y sobre mi.

-¿Qué ha pasado? Cuéntame

-Me… me he escapado de casa.

-¿¡Que has hecho qué!? 

- Shhh, baja la voz escandalosa.

-Pero ¿por qué? ¿Qué ha pasado?

-Beca no les aguanto más ¡no! Sobre todo a mi padre.

-Pero ¿qué te ha dicho?

-Muchas cosas durante toda mi vida, pero ya no puedo aguantarle más, no puedo.

Empezó a llorar, nunca había visto a un chico llorar, siempre eran mis lágrimas la que veía derramar, y llegué a la conclusión de que no quería volver a verle así. Lo único que puede hacer en ese momento fue abrazarle.

-¡Ah!- gritó él.

Me quité rápidamente y como un instinto le quité la chaqueta para dejarle al descubierto el brazo.

En el brazo había varios moratones y heridas.

-Jake ¿qué es esto?- pregunté preocupada.

-Nada- respondió volviéndose a poner la chaqueta.

-Yo no diría que eso no es nada Jake.

-Déjalo por favor- suplicó.

-Ha… sido tu padre ¿verdad?

Él no respondió, pero eso me bastaba para saber que tenía razón.

-¿Entiendes ahora porqué no puedo volver?

-Jake…

Me levanté del banco dónde estábamos sentados y le extendí la mano sin pensar en las consecuencias que esto podía acarrear, pero dije:

-Ven… ven conmigo