Capítulo 12: Perfecto e imperfecto.

-Jake me estoy poniendo nerviosa, cuéntalo ya.

Vi cómo dos lágrimas rodaban por su cara y sin pensarlo le abracé.

-¿Qué le pasa a tu madre?- pregunté con voz dulce.

-Está en el hospital- dijo cabizbajo.

-Pero ¿está bien? ¿ha tenido algún accidente?

-No. Coma etílico.

Debí haber puesto cara de idiota por que se me estaba empezando a abrir la boca.

No sabía qué decir, pero tenía que hacer algo, consolarle como él siempre había hecho conmigo.

Le vi con la cabeza agachada, con mi dedo índice le levanté la cabeza con delicadeza hasta que nuestros labios se quedaron a unos pocos milímetros. Tenía muchas ganas de besarle, pero pensé que no era el momento oportuno. Me miró con cara de confusión por no haberle besado, por lo que le dije mientras me separaba de él:

-La apuesta tendrá que esperar un tiempo.

Y por fin sacó esa sonrisa que tanto me gustaba. Nos quedamos un rato callados, abrazados, mirando las estrellas, no sabía que decirle hasta que Jake rompió el hielo.

-¿No quieres saber por qué mi madre prefiere emborracharse en vez de cuidar de mi?

Después de unos cuantos minutos sin saber que respuesta darle, se me ocurrió  decirle todo lo que pensaba, serle sincera.

-Mira Jake me muero de ganas pos saber qué pasa en tu vida, con tu familia, con tus amigos… te voy a ser sincera me encantaría saber lo de tu madre con la bebida, pero si tú no quieres contármelo está bien, no pasa nada.

-¿Por qué tienes que ser tan perfecta?- dijo suspirando y sonriendo a la vez.

-¿Eso es malo?- pregunté nerviosa por la respuesta.

-Pues claro que no, lo malo será cuando veas que yo soy todo lo contrario a ti, imperfecto, al igual que mi familia.

-Tú no eres imperfecto, los imperfectos son esos estúpidos niños pijos de mi clase que lo único que les importa es salir con la chica más rica y popular del instituto, y en cuanto a tu familia… me gustas tú no tu familia.

-¿Te gusto?

Empecé a ponerme colorada, la había liado ¿ahora que digo, ahora que digo? Piensa antes de hablar Beca, ¡piensa antes de hablar! Intenté desviarme de la conversación como pude y al final lo logré.

-Bueno, ahora no estamos hablando eso, cuéntame lo de tu madre.

-Es alcohólica porque mi padre también la pegaba y el alcohol era como una anestesia para los golpes, y para tratar de olvidar que su marido era un hijo de puta que también maltrataba a su propio hijo. Pero esta vez ha bebido demasiado, probablemente se esté llevando mi parte de golpes

En todo momento me quedé callada sin saber qué decir, al final opté por las preguntas fáciles y poco dolorosas.

-¿En qué hospital está?

-En La Paz.

-¿Quieres que vayamos a verla?

-No… no me apetece.

-Pero Jake…

-Lo siento pero no me apetece lo único que quiero es descansar.

Se levantó del suelo y comenzó a entrar en la habitación. Le cogí fuertemente del brazo.

-¿Por qué no quieres ir?- pregunté mientras el ni siquiera me miraba a la cara.

-… mi… mi padre no me deja.

-¿Y no piensas hacer nada? Es tu madre Jake.

-Ya lo sé ¿y qué quieres que haga?

-Pues ir.

-No puedo.

-Claro que puedes, enfréntate a tu padre.

-Ya lo hice una vez y no salió del todo bien…

-Pues inténtalo otra vez.

-No puedo Beca en serio.

-Pues yo voy, contigo o sin ti.

Me levanté, me vestí y me fui, no me paré a mirar si Jake me seguía o no, tampoco me importaba.

Salí a la calle y cogí el autobús, en veinte minutos estaba en frente de la puerta del hospital. Cuando me disponía a entrar alguien me cogió la mano.

-Jake- dije esperanzada.

-Beca, voy contigo

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Cuaderno de Beca.

A veces el momento más triste es un recuerdo feliz.