Seguidores

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Capítulo 22: Castigo

- Jake…
- ¿Qué? – me dijo a desgana abriendo un ojo

Yo, a modo de respuesta señalé hacia arriba. Él miró hacia delante incorporándose del suelo y dijo:

- ¡Eh! Hola. – gritó.
- ¡Qué pasa tío! – contestó el otro chico.
- ¿Os conocéis? – pregunté desconcertada.
- Para no conocerle, le tengo que aguantar siempre desde primaria. Mira os presento, este es Marcos – cuando le señaló, este le sacó una gran sonrisa – y este otro – dijo señalando al chico más callado – este es Iván.
- ¡Hola! – gritó Marcos.
- Hola – dijo Iván con una sonrisa en la boca.
- Y esta es Beca – dijo Jake señalándome.
- Buenas – respondí un poco incómoda.
- Bueno Jake ¿quién es? ¿Otra de tus chicas? – le preguntó Marcos guiñándole un ojo.
- ¿Otra? – le pregunté a Jake girándome de golpe enfadada y también ofendida, aunque no sé por que lo estaba, yo estaba muy a gusto a su lado, pero no sabía que era lo que él sentía de verdad y me daba miedo oír la respuesta.

Noté cómo se ponía rojo e intentaba desviar la mirada.

- No es ninguna de las otras.
- ¿No? Entonces, es solo tu amiga.
- Eh… si.
-¡Qué bien! Oye Beca, tú no tienes novio ¿no?
- No ¿por? – respondí desconcertada.
- No, nada, nada, ¡oye! ¿Te gustaría venir con nosotros? Vamos a ir al cine – dijo señalando al grupito de chicos y chicas que se habían quedado detrás charlando.
- Bueno, no sé…
- ¿Nunca te han dicho que eres muy guapa? – me preguntó Marcos cambiando completamente de tema.
- Vaya… ¿gracias?

A todo esto, Jake veía impotente cómo Marcos ligaba conmigo  y se le estaba hinchando la vena en el cuello.

- Marcos ¿puedo hablar contigo? – preguntó mientras le cogía del brazo y lo llevaba a un lugar más apartado.

Miré cómo empezaban a discutir a si que me acabé sentando en la arena pensando en quiénes serían esas otras y si yo sería una más del montón, pero él dijo que solo era su amiga, pero entonces ¿por qué se puso rojo?

- Ahh – farfullé y cogí mi cabeza entres mis brazos.
- Creo que no deberías preocuparte – susurró Iván.

No me había dado cuenta pero estaba sentado a mi lado.

- ¿Por qué?
- Porque me he fijado y a ninguna chica la ha mirado cómo te ha mirado a ti.
- Lo dudo… - dije con una sonrisa quemada.
- Bueno… ya te darás cuenta.

Me quedé mirándole, tenía los ojos azules y era de mi estatura, más o menos, tenía el pelo corto, con una pequeña cresta.

- En cierto modo, me das envidia…
- ¿Yo? ¿Por qué? – pregunté.
- Nada… déjalo.

Estuve intentando descifrar lo que me había intentando decir, pero en ese momento volvieron Marcos y Jake.

- Lo siento, teníamos que aclarar unas cosas – dijo Jake.
- Bueno… eso es discutible – respondió Marcos.

Jake cogió a Marcos por el cuello con el brazo, trayéndolo hacia él y la vez ahorcándole.

- Sentimos haber tardado.
- Da igual – respondió Iván – no importa.
- Bueno, casi que nos vamos ¿no? – dijo Marcos, que todavía estaba sufriendo al lado de Jake.
- Vale.
- Uff, gracias – dijo Marcos cuando Jake le soltó.

Nos despedimos de ellos y al poco tiempo nos fuimos hacia casa, entramos por la puerta trasera en puntillas, vimos que la luz de la cocina estaba encendida, a si que nos descalzamos, pera ser más silenciosos. La escalera estaba al otro lado del pasillo, a si que sería difícil ir hasta ella sin que nos pillaran, pero no imposible.
Empezamos a andar por el pasillo, cuándo pasamos por la cocina, tío Santi estaba detrás de la nevera, a si que no nos vio. Cuando llegamos a las escaleras creíamos que lo habíamos conseguido, a si que chocamos las manos hasta que mi tío lo estropeó.

-¿A dónde creéis que vais? – preguntó severo mi tío.

Estaba a punto de subir corriendo las escaleras y encerrarme en mi habitación, pero sabía que eso era de niña pequeña y que tarde o temprano mi tío me echaría la bronca. Miré a Jake y, con un movimiento de cabeza, me dijo que entráramos a la cocina.

- Bueno, bueno ¿qué tenemos aquí? A la irresponsable hace-pellas y a la mala influencia.
-Te has enterado ¿eh? – preguntó Jake burlón.
- Chaval, no está en posición de hacer bromas, mucho cuidado – respondió cabreado mi tío – y tú ¿en qué demonios estabas pensando?
- No dramatices Santi, que no es para tanto – me defendió Jake.
- ¿Qué no es para tanto? Eres una mala influencia para ella y si te sigo dejando vivir aquí es por lo de tu padre que si no…
- Que si no ¿qué? – preguntó a la defensiva.
- ¡Ya basta! – grité – lo siento mucho tío Santi, no volverá a pasar.
- ¿Sabes el susto que nos has dado Beca? Creía que te había pasado algo y temía no volver a verte – dijo Lara medio llorando.
- Bueno, pero ya estoy aquí y estoy perfectamente.
- ¿Os lo habéis pasado bien juntos? – nos preguntó Santi.
- Si, la verdad es que si – contestó Jake sonriente.
- Bien, porque estaréis una buena temporada sin volver a veros.
- ¿¡Cómo!?
- Lo que has oído, se acabaron las malas influencias señorita.
- Vivimos en la misma casa, es imposible.
- ¿Apuestas algo? Al mínimo contacto… estás fuera.
- ¡Pero no es justo! – grité
- Tampoco es justo el susto que nos has dado Beca – dijo Lara muy seria.
- ¿Por cuánto tiempo? – preguntó Jake, que estaba un poco más calmado que yo.
- Hasta que dejéis de comportaros cómo niñatos y os centréis en las clases.
- Eres un…
- Déjalo Beca – me interrumpió Jake – no lo empeores.
- Chico listo, ahora ¡a dormir!

Nos dirigimos hacia las escaleras y Jake se saltó las normas.

- ¿Te encuentras bien?
- Nunca había visto a mi tío tan preocupado…
- Es porque te quiere mucho, ya lo sabes.
- Ya, pero es tan injusto…
- ¡Menos charla y más dormir! – gritó mi tío desde la cocina.
- ¡Ya, ya! – grité como respuesta.

Entré en mi habitación y oi cómo Jake cerraba la puerta de la suya. Fui directa al baño para darme una ducha, al salir me sentí muy bien aunque no pude dejar de pensar en lo que dijo Iván. La cena fue por turnos, como dijo tío Santi, yo cené primero y luego lo hizo Jake, a si que lo poco que nos vimos fue en el pasillo y tan solo fue un hola y adiós.
Me cambié de ropa y me puse el pijama de tirantes con los pantalones cortos de Betty Boop. Llamé a Sara para que me dijera lo que habían mandado, antes de que pudiera preguntarme qué había pasado, la colgué.
Empecé ha hacer los deberes, me parecían larguísimos y además no tenía ni pizca de ganas de hacerlos a si que solté el boli y me dirigí a la puerta, quería verle, pasar el rato con él, se que le había visto antes, hace un momento y que había estado todo el día con él pero no sé, cuando nos poníamos a hablar yo me sentía ¿cómo decirlo?... llena, él llenaba ese hueco que habían dejado mis padres al morir y creo que yo hacia lo mismo con su propio “hueco”.
Abrí la puerta y me dirigí hasta su habitación, pero de repente me di con algo y me caí al suelo.

- Auch – dije rascándome la cabeza.
- Podrías mirar por dónde vas ¿no? – dijo una voz demasiado familiar.
- Tú tampoco has hecho nada para evitarlo.

A modo de contestación recibí una carantoña de su parte, me empecé a reir.

- Estás muy gracioso – dije mientras me ayudaba a levantarme.
- ¿Por?
- No sé, cosas mías.
- Oye, ¿a dónde ibas?
- Yo... al, al baño.
- ¿No tienes uno en tu habitación?
- Pues…
- Tú venías a mi cuarto ¿no? Como te pille tu tío…
- No puedes demostrarlo – le dije sacándole la lengua – por cierto y tú ¿a dónde ibas?
- ¿Yo? Pues a la cocina.
- Seguro – dije enarcando una ceja.
- Pues claro
- Ya… en ese caso ¿por qué estás tres metros más lejos de las escaleras? No sé si te habrás dado cuenta, pero ya te has pasado. – le dejé sin habla, le había calado hasta el fondo. – Tú no vendrías a mi cuarto ¿no?
- No
- Ya…

En ese momento oi subir por las escaleras a tío Santi, era inconfundible, era un especie de apisonadora por cada paso que daba. Jake no podía volver a su habitación porque si no mi tío lo vería cruzar el pasillo, a si que me cogió de la mano y me llevó a mi habitación, cerró la puerta tras de mi, haciendo que yo quedara con la espalda pegada a ella, y él puso sus manos sobre la puerta, cerrando el paso.
Él se acercó a mi, sentía su respiración, era firme, seguramente la mía sería rápida y entrecortada, entonces alguien llamó a la puerta.

- ¿Beca?

Jake y yo nos miramos, yo pasé por debajo del brazo de Jake y me fui al escritorio, encendí la luz y abrí un libro para aparentar que estudiaba. Jake se escondió debajo de la cama y dijo:

- Esto se me hace muy familiar.

Yo le tiré un cojín para que se dejara de bromas y se escondiera pero para cuando mi tío abrió la puerta yo me estaba riendo.

- Hola - dije
- ¿Qué es tan gracioso?
- Nada, que me he acordado de un chiste.
- Ah, oye no pienses que este castigo lo voy a levantar de un día para otro así por qué si, espero que a partir de ahora seáis más responsables.
- Vale ti Santi

Y se fue cerrando la puerta tras de si. Yo fui corriendo hasta la cama, me agaché para avisar a Jake pero el me cogió de la cintura haciéndome entrar debajo de la cama con él.
Tenía su cara en frente, aunque ahí debajo solo se podía ver unos pocos rasgos y algunas sombras.

- Ya se ha ido – dije.
- Ya lo sé.

....................................................................................................

Cuaderno de Beca
No dejes que te roben el corazón, deja las puertas abiertas para que lo tomen con amor

4 comentarios:

  1. Dioos! que se besen, que se besen!! que me has dejado con las ganas ê.e
    Publica pronto por favor! :D

    Besoos!

    ResponderEliminar
  2. Beso! Beso! Beso!
    aish, que pena que tengan que verse a escondidas, pero así le da más emoción:P
    Me ha encantado!

    Muakkkkk!

    ResponderEliminar
  3. AAAAAAAAAAAH!!!!
    ME E-N-C-A-N-T-O!!!!
    Es obligación subir ahoraa! YAA :P

    BESO BESO BESO BESO BESO BESO BESO BESO BESOOOO!!!!
    Voy a morir cuando pase el beso ;) jaja
    Y no voy a parar hasta que suceda xD

    Paau :D

    ResponderEliminar
  4. un beso por favor!!!!
    este blog me ENCANTAAA!!!
    sois lasn mejores 3d3 seguid pliss!!!!
    graciass!!
    (y pasaos por mi blog porfa!)

    ResponderEliminar